Desde niño quede maravillado al observar la naturaleza, sobre todo la primera vez que vi microorganismos por un microscopio. Me sorprendió contemplar tanta vida que escapaba a mi vista.

domingo, 5 de mayo de 2013

DEMASIADO HUMANO.

La estupidez humana no tiene límites. El estúpido e insolente ser humano tiende a pensar que todo gira a su alrededor, a un palmo de su nariz. Tres golpes muy duros fueron asestados a tal criatura para que pudiera despertar de su sueño de omnipotencia.

Primero fue Copérnico, quien demostró que no es el sol el que gira alrededor de la tierra, sino al contrario, la tierra gira alrededor del sol. Después Darwin con la teoría de la evolución, echo por tierra los mitos de la creación divina. Finalmente, Freud, puso en evidencia la racionalidad de la que tanto presume esta criatura.

Después de este gran avance en la ciencia que ha continuado hasta nuestros días, parece que la herida narcisista no acaba de cerrarse. Le pese a quien le pese el ser humano debe ser "único" y "especial".

Vemos como se aferra a la religión y todo tipo de mitos y creencias, antes de comprender pacientemente que es muy poquita cosa, prácticamente nada en la historia de la tierra, y no digamos ya del universo. Sin embargo estas criaturas para calmar su angustia se explican historias, se seducen los unos a los otros para sentir una y otra vez el placer de estar vivos. Y la verdad es que esto no es algo negativo en sí, forma parte de nuestra naturaleza vulnerable. Lo que si que resulta estúpido es no pararse a pensar y esperar a que alguien les venga a decir lo que quieren escuchar. El mundo esta lleno de profetas y vendedores de felicidad. Más estúpido aún es la negación de la vulnerabilidad, el querer seguir siendo omnipotentes, vamos los "mejores", los " más todo". Esto solo lleva a la búsqueda de la satisfacción inmediata, a creerse dueños y soberanos, y al fin y al cabo a destrozar todo a su paso. La mejor metáfora que se me ocurre es pensar en como la naturaleza le esta ofreciendo margaritas a los cerdos ( con perdón a los cerdos, que no merecen tal comparación ).

El ser humano se cree que es algo importante, es incapaz de asumir que es parte de algo más grande y que se morirá, se desintegrará. Esto le resulta insoportable a esta pequeña criatura. Por eso se agitan continuamente. No dejan de agredirse ( de forma muy sofisticada y socializada ) y de decir sandeces. De burlarse de otros y buscar chivos expiatorios, antes que hacerse responsables de su propia mediocridad. Esto último, con un poco de suerte, les llevaría a reconocerse como vulnerables, pero el coste a pagar en angustia es demasiado elevado. Es más fácil continuar aferrados a todo tipo de religiones, mitos, creencias y a la insolencia. En última instancia se trata de vencer a la muerte, y que mejor forma que articular historias en las cuales poder vencer, humillar a otros. Y contra más empeño en vencer su propia vulnerabilidad, más orgullosa, estúpida e insolente se vuelve la criatura humana.




2 comentarios:

  1. Prepotencia, soberbia, arrogancia... El rodillo (tétrico) de la estupidez que ha patentado el ser humano.

    ¡Y bienvenido al mundo blogger!

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  2. Sí, finalmente abandono el cara-libro! Y gracias por la bienvenida!

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